miércoles, mayo 17, 2006

Código da Vinci



"No voy a ver el código da vinci por que la iglesia hizo un llamado a no verla", me dijo mi madre hace algunos días.
Eso me ha hecho pensar de la relevancia que se le dan a las cosas prohibidas y debido a que hoy se estrena en nuestro país, creo que merece unas lineas de reflexión en este blog.
Francamente me lei el libro, debo admitir que me lo trague y pase en banda una noche seguida. Es un libro entretenido, al nivel de Harry Potter (también me lo devore). También debo admitir que quede pensando en varias cosas después de leerlo. Temas que para mi siempre han sido una disyuntiva como el tema de la sexualidad de Jesus o el modus operandis de la Iglesia para ocultar ciertos temas (eso se trata más en ángeles y demonios), pero más allá no.
La cosa es que realmente no es un buen libreo, entretenido sí, pero carece de una base lógica. Ahora bien, el tema sensible dentro de todo esto es la caricaturización de la Iglesia y especificamente el Opus Dei.
Yo ya me había leído el Imperio del Opus Dei, libro realizado por una chilena que cuenta cómo es un opus dei y la influencia que tiene en el mundo, por lo que lo del silicio y los catigos físicos para mi no era algo desconocido.
Desde que lo leí que supe que se iba a ser película, en el texto faltaba poco para que saliera escena uno, cotrapicado, plano medio.
Para mi no es un libro que sea polémico, el problema radica en la sobrereacción de la Iglesia que nunca deja que se toque nada de su historia. Es lo mismo que la última tentación (gran película por lo demás) o la Pasión de Cristo.
Para nadie es ajeno que la Iglesia tiene su lado oscuro y siniestro, pero creo que no va a ser el Código da Vinci la que destruya esta institución que lleva más de mil años en funcionamiento.
Por mi parte, quiero ver el Louvre y los escenarios de la película, lo demás para mi es relleno.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Que hacen los pajaros cuando se acercan a sus nidos?

Quienes mas gritan son quienes mas tienen que ocultar.

valeria dijo...

No he leído el Código Da Vinci, pero lo quiero leer.
No he visto la película, pero la quiero ver después de haber leído el libro.
A ver, lo que pasa con la oposición de la Iglesia y el Opus Dei a esta película es simple: A nadie le gusta ver sus defectos en pantalla grande sin tener posibilidad de defenderse, sobre todo en una institución que tiene tanta influencia en las personas. Es como si hicieran una película de Maradona y sólo lo dejaran como un drogadicto sin tomar en cuenta su aporte al fútbol. Te aseguro que los fanáticos del argentino llamarían a no ver ese filme.
Lo más divertido de todo es que aparecen curas diciendo "No vean la película! No lean el libro" cuando ni siquiera saben de qué se trata.

Anónimo dijo...

Mira, hay un montpin de errores en el Código Da Vinci , eso está claro y hay mucho material. Cuando a alguien le dicen que su madre es una fulana, aunque sea una peli, pues no le gusta. Creo que es lo que pasa con la Iglesia, y tu madre lo ha entendido perfectamente.

Alejandra dijo...

Yo no he leído el libro, pero sí quiero ver la película... ¡porque me encantan los temas religiosos! Además, cuando critican mucho una película... más ganas me dan de verla. Yo, en todo caso si voy al cine es por entretención, no para ir a descubrir un misterio de la Iglesia, porque las películas no son cien por ciento fieles a la realidad... son un espectáculo visual con una historia entretenida. ¡¡Y me muero de ganas de ver el Louvre!!

Anónimo dijo...

Buenas, estoy interesado en saber si alguien más ha encontrado errores en el Código no tanto de su contenido (religiosidad), sino de su escritora. En la página 209 el protagonista Langdon arranca en un taxi junto con Sophie. Pero de inmediato le grita a la mujer desesperada por su manejar: ¡Es que no sé manejar sino automáticos! Pero en la página 266 el mismo Langdon aparece manejando un furgón y hasta donde tengo entendido estos vehículos no son automáticos. Si alquien me puede aclarar esto a raca_co@hotmail.com