Desde el epicentro de la noticia

Sentada en la clínica Alemana frente al notebook de mi padre observo a mis padres súbiendose el ánimo mientras mi madre recibe quimioterapia.
Averiguando que puede comer, si puede hablar por celular... todo es tan nuevo que no puedo evitar sentir una sensación de vértigo.
No sé que escribir, mejor me dedico a observar.

Despedida

Tan profunda es la tristeza de ver partir a alguien que se quiere. Nos paraliza y aleja de la realidad. Creamos una distancia con el mundo porque ya no es el mismo desde que no esta, hay un vacio, un abrazo que ya no se sentirá, una voz que no cantará... Un espacio que se llena a ratos de recuerdos alegres y otros de una pena incontrolable.
Dicen que la pena se asimila con el tiempo, que hay que estar tranquilo y tirar para arriba. Yo no sé, a ratos no entiendo y no hay consuelo en este mundo que calme ese dolor tan grande.
No hay amor que se compare, ni palabras que tranquilicen.
Dispersa pero enamorada sigo acá, un poco torpe como siempre, pero presente.

Madre hay una sola

Única foto sacada en Europa las dos juntas

No hay nadie en este mundo con que yo discuta más. Es que la Gigi es mañosa y le gusta que todo se haga como ella quiere.


Pero ella no es sólo maña, es una dama de la alta burguesía como dice Carlonchis, "una monada".


Una señora que parte a cualquier hora a ayudar al mundo. Es la mujer que me ha cuidado cuando he estado enferma, limpiado mi vómito cuando he estado con fuertes dolores.


Es capaz de aguantar dolores fuertísimos pero los más leves los sufre como una Magdalena (?)


Mi mami es la matriarca, quien vela porque en el refrigerados hayan verduras, aún cuando nadie las coma, que le gusta sacar LA foto familiar en todos los eventos.


Mi mamita es la que se pasea con el agua bendita que sana enfermos y da tranquilidad al que sufre.


La Gigita es la base de esta familia...


Te quiero mamita...

Quien quiera morir... hágalo bien

Desde hace algunos meses ronda la noticia de la doctora Ivonne Jaeger, condenada a cinco años por el parricidio frustrado de su hijo Andrés Vienne Jaeger, de 20 años. La señora se ha tratado de quitar la vida tres veces y esto se repitió nuevamente.
Esto me lleva a preguntarme ¿Una doctora que conoce de medicina no es más eficaz en sus métodos suicidas?
La pregunta mis queridos Watsons desprende una situación que está más clara que el Mapocho en tiempos de Pedro de Valdivia.
Obviamente la viejuja está llamando la atención de los medios para que la tan llamada "opinión pública" tenga sentimientos misericordiosos hacia ella.
Si la señora se quiere morir, que lo haga y lo haga bien.
Hablando ya en lo general, me enoja a niveles máximos que las personas intenten suicidarse, sé que hay razones para desesperarse que yo quizás nunca viviré, pero ese estado depresivo de "me voy a matar a la una, a las dos... lo voy a hacer... un poquito... me voy a tomar unas pastillitas... me voy a cortar un poquito..." me descompone.
Hay tantas personas que quieren vivir y no pueden porque una enfermedad de mierda los caga, mientras que los otros tontorrones buscan la muerte.
La vida para mi no es un regalo de Dios, ni de nada, es donde estoy y hay que pasarla bien. Si pasan cosas malas vivirlas a concho pero para que terminar esto si igual te va a llegar el momento. CHAN!
Sé que la doctora está metida en un manso ni que forro, pero POR FAVOR deje de fomentar la muerte para salvarse el poto de la cárcel.