viernes, febrero 22, 2008

Mal genio



Comenzando este post mi pantalla se puso azul... Debo admitir que actué como el tipo de armonyl, ese que le falla el sistema y hace mierda el computador.

Esa ha sido la tónica de este día. Hoy necesito un armonyl o un abrazo o alguien que limpie la cagada de esta casa.

La verdad es que ordenar me estresa y no sólo por que estuve cuidando cuatro casas simultáneamente, las cuales debía regar, limpiar lo que usaba y además preocuparme de alarmas y estúpideces.

No sé si es la cesantía o la incertidumbre, las hormonas o el eclipse del otro día pero estoy mal genio.

Lo peor de todo es que cuando trato de arreglarlo provoco más mala onda a mi alrededor formando pura mierda que trago y trago.

Ayer casi mate un motociclista imbécil que se me cruzo en la calle.

Mal, todo mal...

Recalco que lo peor es que la única forma de salir de este estado es cambiando yo, porque en estos momentos nadie parece interesarse por nada de lo que me pasa.

Paja molía.

Cambio y fuera


PD: Qué mamón el post!

domingo, febrero 17, 2008

Manías

Siempre creí que yo era una persona tolerante, que sabía escuchar y que estaba dispuesta a entender cualquier tipo de realidad.
Desde hace unos años, debido a mis estudios períodisticos y a la vida misma me he dado cuenta que existen cosas malas, muy malas y que no tienen justificación, otras que para el mundo pueden ser comprensibles pero yo no las transo.
Tener una opinión es definir quien eres y lo que quieres, las cosas pueden cambiar (insisto en que uno no es sino que está siendo) pero es necesario definirse.
Esto permite a que los otros no te pasen a llevar y sepan lo que a ti te molesta.
Un ejemplo un poco ñoño es que no me gusta que se metan en mi plato de comida. Yo ofresco, si nadie quiere, pobre del tenedor que se atreva a invadir mi territorio. Eso lo saben mis amigos y por ende no lo hacen.
A lo que quiero llegar es que con el tiempo me volví llena de manías, que las cosas tenían que hacerse de la forma que yo decía, que lo que yo pensaba y actuaba era lo correcto.
Esto me llevo a prejuzgar a muchas personas y exigir más de lo que debía.
Eso me provocó sufrir más de la cuenta, gastarme por personas que no valen la pena y pedir cosas que no se me pueden entregar.
Hoy por hoy, dejo ser a los que me rodean, si quieren pasarla bien conmigo, excelente, si quieren conversar mejor, pero yo sé que ellos no van a actuar como yo esperé alguna vez que lo hicieran... Lo entretenido es que quizás me sorprendan más allá de mis expectativas.