lunes, diciembre 11, 2006

El día que murió Pinochet

No había dormido en toda la noche. Casi en estado comático me lancé sobre un colchón dispuesta a dormir antes de partir a hacer unos encargos.
Estaba ya soñando con dormir y sonó mi celular. "Berni prende la tele", me dicen con tono neutro. "¿Qué canal?", pregunto. "Da lo mismo préndela", me responde con voz un poco impaciente.
Me levanto sin poder abrir los ojos y prendo la tele. Veo una multitud. Nada especial. Leo la franja de abajo. "Murió Pinochet".
Despierto un poco sobresaltada, millones de ideas pasan por mi cerebro cansado. Tantas que no logro decodificarlas.
Mi madre abre mi puerta. "Ya despiertese", me grita. "Madre se murió Pinocho"... "¿Qué?", sale corriendo a prender su tele.
Yo tenía que ir al centro y al ver que la plaza italia se llenaba de personas mi padre se preocupaba de mi. Yo pensaba que daba lo mismo al final los tipos estaban celebrando y no iba a haber ningun problema. Yo creo que si me paseaba con una foto de Pinochet me habrían quemado, pero en fin.
Mi padre se ofrece a llevarme. Bajamos por Bilbao, los tipos tocaban las bocinas y mientras mostraban banderas gritaba "Murió el dictador".
Mi padre estaba a punto de reventar. El no es fánatico de Pinochet pero se puede decir que ve la historia de otra forma.
Ya en el centro los tipos gritaban a los peatones...
Yo tenía dolor de cabeza con tanto ruido y grito.
Las ideas me iban a reventar... así que comencé a hilarlas con la ayuda del Zayo.
Algo me molestaba en las celebraciones en este día. No es que yo sea Pinochetista pero creo que eran un tanto absurdas.
¿Que estaban celebrando? ¿Ganamos algo? ... Un viejo de 91 años se murió de causas naturales sin ser juzgado por la ley chilena .
Creo que es momento de analizar ciertas cosas. Esta fiesta por la muerte de Pinochet me pareció de mal gusto, un poco ridícula y guiada por una moda más que por una emoción fundada en algo concreto.

¿Qué les pareció a ustedes?

2 comentarios:

Alejandra dijo...

En esta oportunidad mi opinión será...no, mejor no opino.

Besitos amiga. No quiero más guerra bloggística.

Anónimo dijo...

Qué gran pluma compañera... Me devoré su historia...